lunes, 28 de diciembre de 2009
Ceremonia XXIII - LOS RECUERDOS
lunes, diciembre 28, 2009
Aceñas de Zofraguilla, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Los recuerdos, Tordesillas
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Ceremonia XXIII: LOS RECUERDOS
…Los recuerdos
tienen nombres propios y etéreos, son como los sueños que dejaron un intenso
rastro al despertar: no se les puede seguir. Su presencia se evapora en el
espacio y cada vez que quieres atraparlos se alejan un poco más. Impregnan el
entorno con un aroma dulce a corteza de naranja recién cortada, se pegan a los
dedos de las manos en una finísima capa transparente. Con el paso del tiempo se
incrustan en la piel y quedan ocultos a las sensaciones del tacto y del olfato.
Hasta que un día de nostalgias recurrentes emanan entre los poros y se dispersan
arrastrados por un viento suave que te envuelve y te va llevando. Te sumerge en
el pozo de su círculo cerrado y remueve los sentimientos anegados por el
lodo de la experiencia…
Fragmento
del libro La voz interior
domingo, 15 de noviembre de 2009
Ceremonia XXII - PAJARITAS DE PAPEL
domingo, noviembre 15, 2009
Autilla del Pino, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Pajaritas de papel, Palencia
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Ceremonia XXII: PAJARITAS DE PAPEL
…Quiero soñar con montañas de
pajaritas de papel, adentrarme entre ellas, atravesarlas abriendo huecos
mientras avanzo con paso sigiloso en línea recta. Caen con sus picos mansos
sobre mi cabeza; acaricio el píleo hasta la nuca, paso mis manos por las alas
cobertoras hasta llegar a las plumas de la cola y escapo de sus garras de
celulosa. Se desmoronan con las uñas clavadas a la tierra y sus flancos
apoyados en equilibrio. Gotas de cartón que no se deforman cuando encuentran el
suelo desde las alturas. Lluvia de serpentina desprendida por la inercia del
choque, aves vivas de vuelo oblicuo y trazados perpendiculares. En su periplo
tocan mis hombros y se quedan un instante como en una atalaya. Antes de
precipitarse descienden por mi pecho, no consiguen sujetarse en su caída,
siquiera en la suave pendiente del antebrazo; golpean en las rodillas y el
impacto las desplaza en abanico hacia el frente…
Fragmento
del libro La voz interior
domingo, 4 de octubre de 2009
Ceremonia XXI - EL SILENCIO DE LA NATURALEZA
domingo, octubre 04, 2009
El silencio de la naturaleza, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Madrid, Mirador de la Gitana, Rascafría
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Diario de la ceremonia
Puerto de Cotos – Mirador de la Gitana – Rascafría (Madrid)
Parece
imposible llevar a cabo las ceremonias con tranquilidad. A pesar de haber
planificado la actividad con la suficiente antelación y rigor, siempre hay
algún factor que se olvida y que provoca tensiones. En esta ocasión había
quedado en mi casa con dos de las personas invitadas a las 10:00 AM. A las 9:55
AM me llama una de ellas, preguntándome si seguía adelante la lectura, le digo
que sí. Contesta que se lo tenía que haber confirmado ayer, rebato que pensé que
ya habíamos fijado la cita y que llamaría en caso de que hubiese alguna
novedad. Cogerá un taxi para llegar cuanto antes. El otro invitado es puntual,
tan puntual como un glaciar, le explico que ha surgido un contratiempo y que la
otra persona llegará en breve. Los quince minutos se convierten en treinta. Va
a ser imposible llegar a tiempo para encontrarnos con los otros invitados y con
el fotógrafo que viene directamente desde Valladolid. Pasados cuarenta y cinco
minutos llamo al interfecto. Está a punto de ¡salir de casa! No me quedan
opciones, tengo que avisar al resto de participantes para advertirles de que
llegaremos más tarde. Primero me pongo en contacto con el fotógrafo. Está en la Granja , le comento que nos
retrasaremos. Intento localizar a los que vienen desde Rascafría, pero sus
teléfonos están sin cobertura o apagados. Mando un mensaje. Al poco me llaman
que ya han llegado al lugar. “Ha surgido un imprevisto, llegaremos más tarde,
estamos saliendo en estos momentos de Madrid”. Mentira, aún no hemos montado ni
en el coche. Nos quedan unos 90 kms, hay que pasar por Navacerrada y llegar al
Puerto de Cotos. En el trayecto nos equivocamos de salida, rectificamos una
ronda más adelante. El perro anda suelto en el asiento de atrás, sin saber cómo,
aparece en los pedales del acelerador. Paro como puedo. Metemos al perro en la
cesta y lo cerramos. No habrá más contratiempos. Mientras conduzco suena el
teléfono, es el fotógrafo, lo coge el copiloto, le aclaran el lugar donde
vamos: Puerto de Cotos, en el Mirador de la Gitana , en el término de Rascafría. El fotógrafo
se hace un lío con el aparcamiento del Puerto de Navacerrada. Llegará en cuanto
pueda. Los que vienen de Rascafría llevan casi una hora esperando. Estoy
nervioso, no cabe duda.
Las dos amigas de
Rascafría están sentadas esperando al borde del mirador. Saludo y me disculpo,
presento al resto de la gente. Al momento aparece el fotógrafo casi jadeando
“¡Tranquilo, acabamos de llegar!”
Es domingo y el sitio
está muy concurrido, valoramos la posibilidad de ir a otro mirador a unos pocos
kms en dirección a Rascafría. Decidimos quedarnos. Montamos el escenario:
colocamos el nº de la ceremonia a ambos lados donde hemos ubicado el atril de
lectura, abrimos el trípode y buscamos el ángulo para grabarlo en video.
La gente nos observa
con expectación, algunos nos preguntan que qué estamos haciendo, de pronto se
me ocurre: “Es un control de alcoholemia, para impedir que los borrachos suban
y se pierdan en la Sierra ”
El montaje se hace
con un cierto libertinaje y me obliga a ir rectificando. El granito de las
rocas no es un buen soporte para fijar los paneles con la cinta de carrocero y
se despegan con excesiva facilidad. Hay que estar recolocándolos con demasiada
frecuencia. No importa. Hemos entrado en el ritmo de la sesión, en el frenesí
del acto. La gente que pasa por el mirador se vuelve invisible. Estamos
concentrados en la lectura. Algunos nos interpelan, lo tomamos como parte del
aderezo y lo incluimos en el desarrollo de la actuación con total normalidad.
Nos estamos
divirtiendo. El invitado puntual se salta el guión en varias ocasiones, hace su
propia interpretación de la obra, inventa frases, cambia palabras, modifica el
papel. El invitado que cogió el taxi le da coba. El resto, yo incluido, nos
estamos riendo, lloramos. Hemos perdido la solemnidad y la cordura de otras
ceremonias de Lecturas al Viento. Pero ¡qué demonios! Es divertidísimo.
En la última parte de
la lectura se nos une una espontánea que se presta a leer unos párrafos del
texto. Quedan pendientes dos párrafos, aislados en la hoja contigua de la
carpeta, los leo. Con ello damos por concluida la lectura. La espontánea me
proporciona una tarjeta con sus datos. La incluiré en el listado de
participantes y le haré llegar las fotos del evento.
El vaivén de
transeúntes que llegan al mirador, se ha reducido considerablemente. Procedemos
a enterrar el tarro con el escrito leído en el hueco que había convenido hacerlo,
justo debajo de la brújula metálica.
Las semillas las
plantamos en una zona adyacente, bajando por un camino lateral nada transitado.
Una familia se ha instalado a comer encima de donde había previsto inicialmente
esa plantación.
La ceremonia en sí ha
llegado a su fin. En la Venta Marcelino ,
en el mismo puerto, nos acoplamos en la terraza y pedimos unos bocadillos y
bebida.
La conversación y la
situación son delirantes. El puntual y el del taxi nos amenizan con un diálogo
vivo, electrizante, ingenioso. Escandalizante para una familia de comensales
anexos a nuestra mesa.
A las siete de la
tarde nos despedimos de las amigas de Rascafria. Nosotros, incluido el
fotógrafo, regresamos a Madrid.
Ceremonia XXI: EL SILENCIO DE LA NATURALEZA
…En el perfil de las líneas que delimitan el horizonte el silencio se posa con la suavidad de un pétalo en el último instante de su descenso. El cielo azul; las blancas, grises, oscuras nubes; el arrebol del atardecer; la luz de la luna; el titilar de las estrellas. El manto blanco, la lluvia. El frío de la madrugada, el calor en las horas centrales del día. La superficie se cubre con una fina capa de rocío. Los brotes verdes de los cereales cultivados en las eras, en parcelas rectilíneas o de suaves contornos ondulados, ordenadas sobre las faldas de los montes…
Fragmento
del libro La voz interior
miércoles, 19 de agosto de 2009
Ceremonia XX - LA VIDA ETERNA
miércoles, agosto 19, 2009
Ciguñuela, Espacio del Lector, La vida eterna, Lecturas al Viento, Valladolid
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Ceremonia XX: LA VIDA ETERNA
…Entonces las palabras quisieron ser
eternas, los sonidos quisieron ser eternos, los ruidos quisieron encontrar la
eternidad. Ninguna vibración quería desaparecer, fuera cual fuera su origen, su
intensidad, su frecuencia, la forma de sus ondas, el diseño de su
espectrograma. El viento iría arrastrando su energía hasta el fondo de los
abismos, hasta los silencios abisales, hasta los límites del espacio. La voz de
miles de millones de seres humanos pronunciada en el pasado, agazapada en los
escondrijos del tiempo, en el vacío irreverente de su presencia actual, en la
calma que adormece las tempestades sobre los suelos quietos, como diminutas
partículas de polvo apelmazadas sobre su ínfimo peso…
Fragmento
del libro La voz interior
sábado, 20 de junio de 2009
Ceremonia XIX- AL CRUZAR LA CALLE
sábado, junio 20, 2009
Ermita del Viso, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Monterrubio de la Armuña, Salamanca
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Ceremonia XIX: AL CRUZAR LA CALLE
…Al cruzar la calle descubrí la otra
acera. Los mismos adoquines, las mismas baldosas, pero al pisar sobre ella
crujía con un sonido diferente. Cambió la perspectiva, las siluetas de los
edificios adquirieron formas caprichosas, la proyección de las sombras doblaba
en las esquinas como un guante plisado. El cielo juntaba sus nubes formando una
gran masa esponjosa y compacta, que se deshacía en hilillos blancos sobre fondo
azul al caer la tarde. Esa tarde de invierno en la que decidí ver la realidad
desde otros puntos de vista. Me pasé semanas enteras posicionándome a un lado y
al otro, observando con detenimiento, respirando con los ojos cerrados. En el
mismo entorno, el olor a ciudad, el aroma de los objetos, presentaban matices,
en ocasiones disparatados, en otras sutiles. En el fondo era lo mismo, pero se
contemplaba de otra manera, como si la personalidad se desdoblara, como si uno
tuviera dos opiniones sobre la misma cuestión, y las dos perfectamente válidas…
Fragmento
del libro La voz interior
miércoles, 13 de mayo de 2009
Ceremonia XVIII - HIPÓTESIS DE LA MIRADA
miércoles, mayo 13, 2009
Ermita de Nuestra Señora de los Perales, Espacio del Lector, Hipótesis de la mirada, Lecturas al Viento, Valladolid, Velliza
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Ceremonia XVIII: HIPÓTESIS DE LA MIRADA
…El rigor de la
casualidad se pierde porque se reitera el contacto visual en el momento del
encuentro. Una mirada queda grabada en la retina, una expresión que aún no
tiene sustancia real se convierte en la atmósfera de un deseo latente que se
intuye en los gestos. La mayoría de los días se repite la escena, coincide casi
siempre en el mismo punto. Al principio, como he dicho, somos seres anónimos
acuciados por la esclavitud del reloj de fichar, ciegos, sordos, mudos y
transparentes, hasta que descubres la presencia de la otra persona, diferente
al resto con los que cruzas a esas mismas horas. Se pone en funcionamiento una
dinámica peculiar. Comienza sin ningún motivo aparente. Se produce un vacío que
no percibes, una eclosión que no oyes, un susurro que zigzaguea por tu cuerpo y
no llega a definir mensaje alguno. Entonces notas que te has montado en una
noria que sube y baja vertiginosamente y la emoción casi no te deja ni respirar…
Fragmento
del libro La voz interior
sábado, 9 de mayo de 2009
Ceremonia XVII - CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS
sábado, mayo 09, 2009
Cuando volvamos a encontrarnos, Ermita de la Virgen del Castillo, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Trigueros del Valle, Valladolid
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Ceremonia XVII: CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS
…Se me quedan las palabras
atragantadas en la boca, y cuando consiguen atravesar la barrera de los dientes
y alcanzar los labios se derraman sobre el mentón y empapan la camisa con un
sonido hueco. Algunas tocan las rodillas antes de estrellarse contra los
zapatos y el suelo inmediato. Las emociones se almacenan en el estómago, se
alimentan de espaguetis y de pescado, de solomillo y frutas y verduras
diversas, se refrescan con agua y zumos variados, se embriagan con el güisqui,
el champán, el vino tinto y rosado. Hay que darlas de comer, además, alimentos
del espíritu: conversaciones amenas, conversaciones profundas, conversaciones
disparatadas, que provoquen risa, que provoquen llanto, que provoquen sorpresa.
Mezclarlo con actividades variopintas: sosegadas a la luz de las velas,
intensas con la luna llena, aventureras entre maizales que ocultan el
horizonte. Aderezarlas con besos y abrazos intensos, con miradas sostenidas,
con placeres inconfesables. Entonces, las emociones se vuelven fuertes, con una
voluntad firme y resistente…
Fragmento
del libro La voz interior
jueves, 23 de abril de 2009
Ceremonia XVI - JAQUE MATE
jueves, abril 23, 2009
Ceremonia, El Secadal, Espacio del Lector, Jaque mate, Lecturas al Viento, Valladolid, Zaratán
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Ceremonia XVI: JAQUE MATE
…Un flanco se debilita porque un peón
blanco ha caído abatido por la espada de un alfil y coloca su filo sobre la
garganta de una sorprendida torre, presta se mueve hacia el hueco de las
cuadras y lo hace huir hacia la seguridad de sus filas. El rey avisado pide a
sus tropas que cierren el círculo en torno a su seguridad. La reina avanza
entre sus soldados por un pasillo de alfombras rojas y clarines. Se adentra en
la batalla y desequilibra las fuerzas a favor de su causa, arrincona a las
piezas negras que se retiran malheridas. Insiste la reina dispuesta a acabar la
guerra…
Fragmento
del libro La voz interior
sábado, 21 de febrero de 2009
Ceremonia XV - LA CASA VACÍA
sábado, febrero 21, 2009
Ávila, Espacio del Lector, La Casa Vacía, Laguna de Ciudad Ducal, Las Navas del Marqués, Lecturas al Viento, Mirador de Loli
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Ceremonia XV: LA CASA VACÍA
…No hay ninguna
mirada que compartan estas lágrimas. No hay lágrimas para beber la sal de la
soledad. Se han borrado los recuerdos de la memoria colectiva, quedan islas
sepultadas en manicomios, mensajes indescifrables en las camas de los asilos,
vientres hinchados por el intenso dolor del olvido. Ni siquiera se dan cuenta
de que les late el corazón. La casa vacía golpea en mis piernas y me derriba.
La sangre se vuelve agua y el vino me envenena. No puedo sostener el peso de la
ausencia: todos se han ido hacia el grisáceo paisaje de las multitudes…
Fragmento
del libro La voz interior
viernes, 23 de enero de 2009
Ceremonia XIV - NO SERÁ PARA TANTO
viernes, enero 23, 2009
Arroyo de la Encomienda, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Mirador del Ahorcado, No será para tanto, Valladolid
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Ceremonia XIV: NO SERÁ PARA TANTO
…Me estoy acercando a mis fantasmas:
la noche oscurísima, el día plomizo de lluvia fina, el frío intenso que congela
el paladar, el calor sofocante ahogando la respiración. La soledad. La
presencia inquietante de los otros, mis manos temblorosas e inútiles, mis
piernas incapaces de sujetar el esqueleto de mi cuerpo. El dolor de un corazón
fragmentado, las lágrimas secas que asoman sin poder brotar, la sonrisa
nostálgica. El deseo oculto, la frustración de tu ausencia, el contacto
transparente de tus besos. Veo pasar la madrugada segundo a segundo. La música
lánguida y envolvente, el olvido hablándome pegado al lóbulo de la oreja.
Caminar por paisajes vacíos. Sentir a destiempo. El sol agonizando por el
oeste, la luna llena golpeando en mi sangre. El filo de las estrellas
amenazando en el cielo…
Fragmento
del libro La voz interior
martes, 13 de enero de 2009
Ceremonia XIII - RESILIENCIA
martes, enero 13, 2009
Ceremonia, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Parque de Canterac, Resiliencia, Valladolid
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Ceremonia XIII: RESILIENCIA
…Camino por la acera pegado a las
fachadas de los edificios, sujetándome de la espiral que retuerce mis ojos. Voy
mirando al suelo que se deforma en grotescas hondas de alquitrán. La calle
traza ángulos serpenteantes y las cornisas de las casas se doblan en alerones curvilíneos
hasta tocar en un punto en medio de la calzada. Los vehículos atraviesan los
obstáculos y se dividen en dos y en lugar de alejarse se reflejan en el espejo
cóncavo de mis retinas y giran partidos en dirección a su origen.
La avenida recta y amplia se
transforma en la callejuela informe de un laberíntico zoco. El cielo pisa la
tierra con un sabor amargo. Una niebla sorprendentemente transparente y
azufrada ocupa el espacio. Los árboles alargan los brazos y golpean con fuerza
en las aceras. Rompen en pedazos las baldosas y sus trozos saltan velozmente en
cualquier dirección…
Fragmento
del libro La voz interior