I - Paseos por Santa Eufemia

Casa Zalengas, Villafrechós (Valladolid)

II - Citas de despedida

Mirador de la Encina, Villabañez (Valladolid)

III - Homenaje a mis padres

Parque de la Fuente el Sol (Valladolid)

IV - Circuito de carrera

Pina de Antequera (Valladolid)

V - El mar de Machado

Teso de Almenara, Villabrágima (Valladolid)

VI - El espacio propio

Monte el Cueto, Castrodeza (Valladolid)

XVIII - Hipótesis de la mirada

Ermita de Nuestra Señora de los Perales, Velliza (Valladolid)

XIX - Al cruzar la calle

Ermita de el Viso, Monterrubio de la Armuña (Salamanca)

Alberto Asenjo Orive: La Voz Interior

• Lecturas al Viento es un método diferente de difundir y motivar a la lectura. Compagina el placer de leer con aspectos como el excursionismo, la consolidación de patrimonio civil, militar y religioso, el respeto y admiración por la naturaleza, la repoblación forestal, las alternativas del ocio, la proliferación de recursos turísticos, las relaciones sociales, el ejercicio físico, el juego de pistas, la permanencia en el tiempo y la trascendencia vital, entre otros.

• Lecturas al Viento son escritos, cada uno de ellos es independiente temática y físicamente, en la primera fase de esta iniciativa, hasta que se convierte en un libro convencional. Esto sucede, para cada lector, cuando ha reunido todas las claves que guardan las hojas con los textos y que le posibilitan acceder al libro completo.

• Para acercarse a esta obra se necesita tiempo y verdadera voluntad. Cada parte requiere ser leída en días distintos, porque de una lectura a otra puede haber una separación de varios kilómetros, cuando no de unos cientos.

• En Castilla y León, y sobre todo en el provincia de Valladolid, se concentran la mayoría de los 30 escritos que forman esta primera entrega: La Voz Interior, pero también los hay en Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ceremonia XXII - PAJARITAS DE PAPEL

Ceremonia XXII: PAJARITAS DE PAPEL


…Quiero soñar con montañas de pajaritas de papel, adentrarme entre ellas, atravesarlas abriendo huecos mientras avanzo con paso sigiloso en línea recta. Caen con sus picos mansos sobre mi cabeza; acaricio el píleo hasta la nuca, paso mis manos por las alas cobertoras hasta llegar a las plumas de la cola y escapo de sus garras de celulosa. Se desmoronan con las uñas clavadas a la tierra y sus flancos apoyados en equilibrio. Gotas de cartón que no se deforman cuando encuentran el suelo desde las alturas. Lluvia de serpentina desprendida por la inercia del choque, aves vivas de vuelo oblicuo y trazados perpendiculares. En su periplo tocan mis hombros y se quedan un instante como en una atalaya. Antes de precipitarse descienden por mi pecho, no consiguen sujetarse en su caída, siquiera en la suave pendiente del antebrazo; golpean en las rodillas y el impacto las desplaza en abanico hacia el frente…
Fragmento del libro La voz interior