I - Paseos por Santa Eufemia

Casa Zalengas, Villafrechós (Valladolid)

II - Citas de despedida

Mirador de la Encina, Villabañez (Valladolid)

III - Homenaje a mis padres

Parque de la Fuente el Sol (Valladolid)

IV - Circuito de carrera

Pina de Antequera (Valladolid)

V - El mar de Machado

Teso de Almenara, Villabrágima (Valladolid)

VI - El espacio propio

Monte el Cueto, Castrodeza (Valladolid)

XVIII - Hipótesis de la mirada

Ermita de Nuestra Señora de los Perales, Velliza (Valladolid)

XIX - Al cruzar la calle

Ermita de el Viso, Monterrubio de la Armuña (Salamanca)

Alberto Asenjo Orive: La Voz Interior

• Lecturas al Viento es un método diferente de difundir y motivar a la lectura. Compagina el placer de leer con aspectos como el excursionismo, la consolidación de patrimonio civil, militar y religioso, el respeto y admiración por la naturaleza, la repoblación forestal, las alternativas del ocio, la proliferación de recursos turísticos, las relaciones sociales, el ejercicio físico, el juego de pistas, la permanencia en el tiempo y la trascendencia vital, entre otros.

• Lecturas al Viento son escritos, cada uno de ellos es independiente temática y físicamente, en la primera fase de esta iniciativa, hasta que se convierte en un libro convencional. Esto sucede, para cada lector, cuando ha reunido todas las claves que guardan las hojas con los textos y que le posibilitan acceder al libro completo.

• Para acercarse a esta obra se necesita tiempo y verdadera voluntad. Cada parte requiere ser leída en días distintos, porque de una lectura a otra puede haber una separación de varios kilómetros, cuando no de unos cientos.

• En Castilla y León, y sobre todo en el provincia de Valladolid, se concentran la mayoría de los 30 escritos que forman esta primera entrega: La Voz Interior, pero también los hay en Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid.

sábado, 20 de junio de 2009

Ceremonia XIX- AL CRUZAR LA CALLE

Ceremonia XIX: AL CRUZAR LA CALLE


…Al cruzar la calle descubrí la otra acera. Los mismos adoquines, las mismas baldosas, pero al pisar sobre ella crujía con un sonido diferente. Cambió la perspectiva, las siluetas de los edificios adquirieron formas caprichosas, la proyección de las sombras doblaba en las esquinas como un guante plisado. El cielo juntaba sus nubes formando una gran masa esponjosa y compacta, que se deshacía en hilillos blancos sobre fondo azul al caer la tarde. Esa tarde de invierno en la que decidí ver la realidad desde otros puntos de vista. Me pasé semanas enteras posicionándome a un lado y al otro, observando con detenimiento, respirando con los ojos cerrados. En el mismo entorno, el olor a ciudad, el aroma de los objetos, presentaban matices, en ocasiones disparatados, en otras sutiles. En el fondo era lo mismo, pero se contemplaba de otra manera, como si la personalidad se desdoblara, como si uno tuviera dos opiniones sobre la misma cuestión, y las dos perfectamente válidas…
Fragmento del libro La voz interior