sábado, 6 de diciembre de 2008
Ceremonia XII - EL OTOÑO QUE NOS VIVE
sábado, diciembre 06, 2008
Ceremonia, El otoño que nos vive, Espacio del Lector, Iscar, Lecturas al Viento, Valladolid
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Ceremonia XII: EL OTOÑO QUE NOS VIVE
…En la estancia pausada de la madurez, en
este otoño que nos toca vivir,
la frondosidad del follaje se desprende
cuarteada en tonos rojizos
y las hojas caen sobre las cicatrices de
los párpados.
Debemos reflexionar que nuestro tiempo es
ahora
y cada segundo desaparece bajo las aguas
torrenciales del destino.
Entra en la habitación de los deseos
anhelados,
busca en los rincones la complacencia de
los secretos.
No sigas aplazando el presente, porque ya
no te pertenece.
Esta noche me iré contigo a dibujar
propósitos sobre el tacto de la piel.
Nos arrancaremos la máscara antes de que se
haga perpetua
y no podamos
reconocernos…
Fragmento
del libro La voz interior
jueves, 2 de octubre de 2008
Ceremonia XI - QUERÍA DECIRTE
jueves, octubre 02, 2008
Capileira, Ceremonia, Espacio del Lector, Granada, Lecturas al Viento, Quería decirte
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Ceremonia XI: QUERÍA DECIRTE
…Si pudiera elegiría el silencio de
tus ojos abiertos,
las paredes blancas invadidas por la
luz del invierno,
el tacto suave que se desliza en las
mejillas del ocaso,
el sol en tus labios llamando a los
besos.
Si tu piel se desvaneciera sobre mis
brazos como una fina sábana de seda
que cubriese por entero cada segundo
de mi aliento,
para escuchar el pulso de tus
emociones,
para sentir la liviandad de tu
presencia.
Si pudiera
retroceder hasta encontrar el instante de los 30 años recién cumplidos cuando
empezaron a cabalgar por mi cuerpo los hechizos del deseo…
Fragmento
del libro La voz interior
viernes, 19 de septiembre de 2008
Ceremonia X - DESNUDO EN EL VÉRTIGO
viernes, septiembre 19, 2008
Cabezón de Pisuerga, Ceremonia, Desnudo en el vértigo, Espacio del Lector, Lecturas al Viento, Valladolid
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…Cuando el precipicio se cruza sobre
mis pasos, me convierto en una pavesa azotada por el viento, en un globo de
aire al que han desatado la bocana y se desinfla anárquicamente en el espacio.
No noto el peso de mi cuerpo, mis pies quieren aferrarse al suelo y, sin embargo,
se balancean atraídos hacia la nada donde te arrastra la gravedad. El sudor
emana de mi frente, tiñe de humedad la camisa. Mis manos y mis piernas se
convierten en flanes sacudidos por un terremoto. Cuando me alejo, hacia la
seguridad de la llanura, desaparecen los síntomas, la respiración se hace
pausada y el corazón deja de latir con violencia…
Fragmento
del libro La voz interior
sábado, 14 de junio de 2008
Ceremonia IX - VESTIDO DE PRIMAVERA
Ceremonia IX: VESTIDO DE PRIMAVERA
…El traje de la primavera se extiende
a todos los rincones. Botones rojos en la cremallera de los caminos. Ojales
bordados con cintas de terciopelo en las blusas de avena que corta el arroyo
con collares de oro. En los puños, gemelos de coleópteros en movimiento.
Corbatas de las que cuelgan las ramas pobladas de las encinas y los pinares,
troncos recios adornados de musgo y líquenes y fíbulas de hongos secos. Fulares
en el cuello de las tierras de barbecho, cubriendo los hombros de margaritas y
amapolas. Las masas arbóreas extendidas como dedos enguantados, dispersos en
manos sueltas sobre la superficie llana de los páramos. Sombreros azules o de
grises nubarrones coronando las líneas de la cabeza…
Fragmento
del libro La voz interior
domingo, 11 de mayo de 2008
Ceremonia VIII - LA AUSENCIA
domingo, mayo 11, 2008
Ceremonia, La ausencia, Lecturas al Viento, Mucientes, Valladolid
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Ceremonia VIII: LA AUSENCIA
…Hay ausencias que se reparan en la
distancia, en el espacio físico que media entre dos o más personas, basta con
acercarse al otro.
Hay separaciones que no confluyen en
el encuentro porque se ignora el destino de los ausentes.
Hay ausencias definitivas que nos
hablan en la soledad, que se guardan en el recuerdo para que la memoria tenga
conciencia de nuestros orígenes y de nuestras amistades verdaderas.
Hay ausencias impuestas por una o
ambas partes, que duelen en el momento de la ruptura, y que alivian con el paso
del tiempo. Salvo a aquellos que se quedaron enganchados en un discurso muerto
y que se empeñan en hacer latir aunque carezca de oxigeno.
Cualquiera que
sea el motivo de la ausencia que nos invada, siempre habrá cerca una presencia
por descubrir: un gesto confiado, una sonrisa abierta, una mirada sincera, una
palabra amable, un abrazo intenso…
Fragmento
del libro La voz interior
lunes, 21 de abril de 2008
Ceremonia VII - FONTANAREJO
LAS LUMINARIAS
Las calles de Fontanarejo son humo, un humo denso y aromático.
Por los rincones del pueblo el aire huele intensamente a romero verde. Una
niebla espesa que permanece flotando largo tiempo si el viento no despierta de
su lecho de silencio. Fardos voluminosos de esta hierba arden delante de cada
casa al atardecer del 30 de abril. Arden al mismo tiempo, justo después de tañer
las campanas de la Iglesia
de San Felipe y Santiago.
El humo invade los hogares por las puertas y ventanas
abiertas, y se lleva consigo el veneno escondido en las paredes, en los
muebles, en los enseres. Los habitantes se impregnan de humo, lavan su cuerpo de
impurezas. Rito medieval que devuelve la calma que asoló la epidemia. La tradición de Las Luminarias aterroriza a la peste, la hace
huir campo a través hacia los montes y
la deja desangrarse, desterrada en
tierra de nadie.
El olor me embriaga y el humo me aturde. Las dificultades
para respirar me obligan a salir de las masas compactas de humo, me impiden
adentrarme en los túneles grises de la combustión. Aún así mientras aguanto
disfruto caminando en la oscuridad.
Esta oscuridad cambiante que se disipa y se apelmaza, que
vuelve formando cúmulos de aristas redondeadas, laberintos degradados de grises
sin aliento, atmósferas desteñidas perfilando trazas descoloridas del pincel
abstracto de Jorge Adrados.
Nubes tiznadas de pavesas, nubes con sabor a romero,
caprichosas nubes lanzadas al aire, zarandeadas por manos ágiles que se abren
paso a través de ellas, por cuerpos que corren sorteando los obstáculos que se
les atraviesa. Varas largas esparcen las lumbres, varas viejas los sujetan.
Surgen voces entre su espesura, parecen salir de su
oculto vientre, de su lado enigmático, en el ángulo más profundo de sus
intrincados vericuetos. Son voces ininteligibles que suspiran palabras sin
sentido. Voces que parecen que hablan de mundos mágicos. Hablan del pasado, de
los sucesos que acaecieron en épocas hoy sepultadas por el polvo del tiempo.
Hablan del futuro, esa época pretérita que vendrá irremediablemente. Forastero
cotidiano que se come el pan de nuestra mesa, lo oigo llegar golpeando los
caminos que conducen hasta mi casa. El
futuro que nunca llega y cuando llega ya se ha ido. Más allá de la niebla, al
atravesar la puerta del ocaso, el paisaje se cubre de sombras y se oculta el
horizonte.
El aire se vuelve puro. En las edificaciones se
desprenden las manchas. Las gentes sanadas salen a las calles para proclamar
que se fue el diablo, que vencieron a la muerte. En las brasas preparan la
parrillada que festeja la dicha de saberse a salvo y se pone fin a la
celebración. Los caminos siguen pegados al suelo, marcando el rumbo
hacia la dehesa, en dirección a las Hoces del Guadiana. La carretera llega a
Arroba de los Montes, y a Alcoba en dirección contraria; y de allí a Horcajo de
los Montes y tomando el otro sentido a El Robledo. Y se unen los caminos, se
enlazan las carreteras y un lugar nos lleva a otro y así sucesivamente y
podemos llegar donde queramos.
Ceremonia VII: FONTANAREJO
…Quise escapar, salir huyendo de mi
cárcel sin barrotes. Pensé en acercarme a los acantilados de la costa norte,
por Cantabria o Asturias y dejarme arrastrar por el vértigo de la caída;
sumergirme en la luz del sur, para morir en medio del bosque alpujarreño
mirando a las estrellas; ir hacia Portugal: Oporto o Lisboa, mezclarme entre la
gente, ser un anónimo habitante, el corazón agarrado en un puño para sentirlo
latir; cruzar el Atlántico hacia la fría Canadá, para no ser nada, para no ser
nadie y esperar que el tiempo borrase mi presencia…
Fragmento
del libro La voz interior
sábado, 12 de abril de 2008
Ceremonia VI - EL ESPACIO PROPIO
Ceremonia VI: EL ESPACIO PROPIO
...El espacio propio es el silencio,
la ausencia de movimiento, la vitalidad desbordada. Es un cilindro de
cristal de mil metros de diámetro, en medio de un páramo, que se incrusta
en la tierra y atraviesa las nubes. Un cilindro con diminutos agujeros por
donde penetra el aire y se queda flotando inerme en burbujas transparentes. Por
las paredes que cierran su perímetro, la lluvia se desliza imperceptible, gota
a gota. En su interior, élitros de mariposas y libélulas se divisan al
atardecer del horizonte de febrero. Las luces doradas, del reflejo del sol,
envuelven la piel como una suave manta...
Fragmento
del libro La voz interior
sábado, 5 de abril de 2008
Ceremonia V - EL MAR DE MACHADO
sábado, abril 05, 2008
Ceremonia, El mar de Machado, Espacio del Lector, Teso Almenara, Valladolid, Villabrágima
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SUR
Ceremonia V: EL MAR DE MACHADO
…El mar de Machado mueve sus espigas
azotadas por el viento; olas con sonidos de serpiente recorren
intempestivamente la superficie en los cuatro puntos cardinales; gorriones y
jilgueros reunidos en bandadas son los peces voladores que saltan entre los trigales;
rapaces y cigüeñas son las gaviotas y los albatros que sobrevuelan esta agua
sólida amarrada al suelo por sus raíces, carámbanos vegetales de transparencias
verdes y amarillas, agua presa a su trozo de tierra, a su porción de cielo y al
reflejo de sus estrellas; sus gotas caen al fondo picoteadas por los pájaros,
del que se nutre el plancton que recorre su lecho: hormigas, arañas,
saltamontes,… Mar de tesoros intemporales de ciudades hundidas bajo el peso de
las conquistas, abordadas en sus barcos de gruesos muros de piedra, camarotes
como torres de homenaje derribados por el fuego de salitre de bicéfalos
monstruos gigantescos…
Fragmento
del libro La voz interior.