Ceremonia XX: LA VIDA ETERNA
…Entonces las palabras quisieron ser
eternas, los sonidos quisieron ser eternos, los ruidos quisieron encontrar la
eternidad. Ninguna vibración quería desaparecer, fuera cual fuera su origen, su
intensidad, su frecuencia, la forma de sus ondas, el diseño de su
espectrograma. El viento iría arrastrando su energía hasta el fondo de los
abismos, hasta los silencios abisales, hasta los límites del espacio. La voz de
miles de millones de seres humanos pronunciada en el pasado, agazapada en los
escondrijos del tiempo, en el vacío irreverente de su presencia actual, en la
calma que adormece las tempestades sobre los suelos quietos, como diminutas
partículas de polvo apelmazadas sobre su ínfimo peso…
Fragmento
del libro La voz interior
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