I - Paseos por Santa Eufemia

Casa Zalengas, Villafrechós (Valladolid)

II - Citas de despedida

Mirador de la Encina, Villabañez (Valladolid)

III - Homenaje a mis padres

Parque de la Fuente el Sol (Valladolid)

IV - Circuito de carrera

Pina de Antequera (Valladolid)

V - El mar de Machado

Teso de Almenara, Villabrágima (Valladolid)

VI - El espacio propio

Monte el Cueto, Castrodeza (Valladolid)

XVIII - Hipótesis de la mirada

Ermita de Nuestra Señora de los Perales, Velliza (Valladolid)

XIX - Al cruzar la calle

Ermita de el Viso, Monterrubio de la Armuña (Salamanca)

Alberto Asenjo Orive: La Voz Interior

• Lecturas al Viento es un método diferente de difundir y motivar a la lectura. Compagina el placer de leer con aspectos como el excursionismo, la consolidación de patrimonio civil, militar y religioso, el respeto y admiración por la naturaleza, la repoblación forestal, las alternativas del ocio, la proliferación de recursos turísticos, las relaciones sociales, el ejercicio físico, el juego de pistas, la permanencia en el tiempo y la trascendencia vital, entre otros.

• Lecturas al Viento son escritos, cada uno de ellos es independiente temática y físicamente, en la primera fase de esta iniciativa, hasta que se convierte en un libro convencional. Esto sucede, para cada lector, cuando ha reunido todas las claves que guardan las hojas con los textos y que le posibilitan acceder al libro completo.

• Para acercarse a esta obra se necesita tiempo y verdadera voluntad. Cada parte requiere ser leída en días distintos, porque de una lectura a otra puede haber una separación de varios kilómetros, cuando no de unos cientos.

• En Castilla y León, y sobre todo en el provincia de Valladolid, se concentran la mayoría de los 30 escritos que forman esta primera entrega: La Voz Interior, pero también los hay en Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid.

domingo, 11 de mayo de 2008

Ceremonia VIII - LA AUSENCIA



Ceremonia VIII: LA AUSENCIA

 …Hay ausencias que se reparan en la distancia, en el espacio físico que media entre dos o más personas, basta con acercarse al otro.

Hay separaciones que no confluyen en el encuentro porque se ignora el destino de los ausentes.


Hay ausencias definitivas que nos hablan en la soledad, que se guardan en el recuerdo para que la memoria tenga conciencia de nuestros orígenes y de nuestras amistades verdaderas.


Hay ausencias impuestas por una o ambas partes, que duelen en el momento de la ruptura, y que alivian con el paso del tiempo. Salvo a aquellos que se quedaron enganchados en un discurso muerto y que se empeñan en hacer latir aunque carezca de oxigeno.


Cualquiera que sea el motivo de la ausencia que nos invada, siempre habrá cerca una presencia por descubrir: un gesto confiado, una sonrisa abierta, una mirada sincera, una palabra amable, un abrazo intenso…

Fragmento del libro La voz interior