I - Paseos por Santa Eufemia

Casa Zalengas, Villafrechós (Valladolid)

II - Citas de despedida

Mirador de la Encina, Villabañez (Valladolid)

III - Homenaje a mis padres

Parque de la Fuente el Sol (Valladolid)

IV - Circuito de carrera

Pina de Antequera (Valladolid)

V - El mar de Machado

Teso de Almenara, Villabrágima (Valladolid)

VI - El espacio propio

Monte el Cueto, Castrodeza (Valladolid)

XVIII - Hipótesis de la mirada

Ermita de Nuestra Señora de los Perales, Velliza (Valladolid)

XIX - Al cruzar la calle

Ermita de el Viso, Monterrubio de la Armuña (Salamanca)

Alberto Asenjo Orive: La Voz Interior

• Lecturas al Viento es un método diferente de difundir y motivar a la lectura. Compagina el placer de leer con aspectos como el excursionismo, la consolidación de patrimonio civil, militar y religioso, el respeto y admiración por la naturaleza, la repoblación forestal, las alternativas del ocio, la proliferación de recursos turísticos, las relaciones sociales, el ejercicio físico, el juego de pistas, la permanencia en el tiempo y la trascendencia vital, entre otros.

• Lecturas al Viento son escritos, cada uno de ellos es independiente temática y físicamente, en la primera fase de esta iniciativa, hasta que se convierte en un libro convencional. Esto sucede, para cada lector, cuando ha reunido todas las claves que guardan las hojas con los textos y que le posibilitan acceder al libro completo.

• Para acercarse a esta obra se necesita tiempo y verdadera voluntad. Cada parte requiere ser leída en días distintos, porque de una lectura a otra puede haber una separación de varios kilómetros, cuando no de unos cientos.

• En Castilla y León, y sobre todo en el provincia de Valladolid, se concentran la mayoría de los 30 escritos que forman esta primera entrega: La Voz Interior, pero también los hay en Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Ceremonia IV - CIRCUITO DE CARRERA






Ceremonia IV: CIRCUITO DE CARRERA


…Escucharé la sinfonía de los rabilargos, los abejarucos, los ruiseñores, las golondrinas, las calandrias, los grajos, los gorriones, los jilgueros: el silencio natural, sólo interrumpido por el jadeo entrecortado de mi respiración. Caerá sobre mí la niebla de esporas de los pinares cuando el viento agite sus ramas engalanadas, una silueta amarillenta de polvo fino moviéndose por encima de mi cabeza como una bandera enarbolada sacudida por el viento.


Pasaré por estos mismos lugares acumulando cansancio y energía en las piernas, golpeando levemente con las zapatillas en la franja desteñida por el tránsito, observando a saltos fugazmente el horizonte, los ángeles quietos en la llanura, su pie único, su voluminosa melena…




Fragmento del libro La voz interior.