Ceremonia XIII: RESILIENCIA
…Camino por la acera pegado a las
fachadas de los edificios, sujetándome de la espiral que retuerce mis ojos. Voy
mirando al suelo que se deforma en grotescas hondas de alquitrán. La calle
traza ángulos serpenteantes y las cornisas de las casas se doblan en alerones curvilíneos
hasta tocar en un punto en medio de la calzada. Los vehículos atraviesan los
obstáculos y se dividen en dos y en lugar de alejarse se reflejan en el espejo
cóncavo de mis retinas y giran partidos en dirección a su origen.
La avenida recta y amplia se
transforma en la callejuela informe de un laberíntico zoco. El cielo pisa la
tierra con un sabor amargo. Una niebla sorprendentemente transparente y
azufrada ocupa el espacio. Los árboles alargan los brazos y golpean con fuerza
en las aceras. Rompen en pedazos las baldosas y sus trozos saltan velozmente en
cualquier dirección…
Fragmento
del libro La voz interior
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