sábado, 9 de mayo de 2009

Ceremonia XVII - CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS

Ceremonia XVII: CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS



…Se me quedan las palabras atragantadas en la boca, y cuando consiguen atravesar la barrera de los dientes y alcanzar los labios se derraman sobre el mentón y empapan la camisa con un sonido hueco. Algunas tocan las rodillas antes de estrellarse contra los zapatos y el suelo inmediato. Las emociones se almacenan en el estómago, se alimentan de espaguetis y de pescado, de solomillo y frutas y verduras diversas, se refrescan con agua y zumos variados, se embriagan con el güisqui, el champán, el vino tinto y rosado. Hay que darlas de comer, además, alimentos del espíritu: conversaciones amenas, conversaciones profundas, conversaciones disparatadas, que provoquen risa, que provoquen llanto, que provoquen sorpresa. Mezclarlo con actividades variopintas: sosegadas a la luz de las velas, intensas con la luna llena, aventureras entre maizales que ocultan el horizonte. Aderezarlas con besos y abrazos intensos, con miradas sostenidas, con placeres inconfesables. Entonces, las emociones se vuelven fuertes, con una voluntad firme y resistente…

Fragmento del libro La voz interior


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