I - Paseos por Santa Eufemia

Casa Zalengas, Villafrechós (Valladolid)

II - Citas de despedida

Mirador de la Encina, Villabañez (Valladolid)

III - Homenaje a mis padres

Parque de la Fuente el Sol (Valladolid)

IV - Circuito de carrera

Pina de Antequera (Valladolid)

V - El mar de Machado

Teso de Almenara, Villabrágima (Valladolid)

VI - El espacio propio

Monte el Cueto, Castrodeza (Valladolid)

XVIII - Hipótesis de la mirada

Ermita de Nuestra Señora de los Perales, Velliza (Valladolid)

XIX - Al cruzar la calle

Ermita de el Viso, Monterrubio de la Armuña (Salamanca)

Alberto Asenjo Orive: La Voz Interior

• Lecturas al Viento es un método diferente de difundir y motivar a la lectura. Compagina el placer de leer con aspectos como el excursionismo, la consolidación de patrimonio civil, militar y religioso, el respeto y admiración por la naturaleza, la repoblación forestal, las alternativas del ocio, la proliferación de recursos turísticos, las relaciones sociales, el ejercicio físico, el juego de pistas, la permanencia en el tiempo y la trascendencia vital, entre otros.

• Lecturas al Viento son escritos, cada uno de ellos es independiente temática y físicamente, en la primera fase de esta iniciativa, hasta que se convierte en un libro convencional. Esto sucede, para cada lector, cuando ha reunido todas las claves que guardan las hojas con los textos y que le posibilitan acceder al libro completo.

• Para acercarse a esta obra se necesita tiempo y verdadera voluntad. Cada parte requiere ser leída en días distintos, porque de una lectura a otra puede haber una separación de varios kilómetros, cuando no de unos cientos.

• En Castilla y León, y sobre todo en el provincia de Valladolid, se concentran la mayoría de los 30 escritos que forman esta primera entrega: La Voz Interior, pero también los hay en Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Ceremonia XVIII - HIPÓTESIS DE LA MIRADA

Ceremonia XVIII: HIPÓTESIS DE LA MIRADA


…El rigor de la casualidad se pierde porque se reitera el contacto visual en el momento del encuentro. Una mirada queda grabada en la retina, una expresión que aún no tiene sustancia real se convierte en la atmósfera de un deseo latente que se intuye en los gestos. La mayoría de los días se repite la escena, coincide casi siempre en el mismo punto. Al principio, como he dicho, somos seres anónimos acuciados por la esclavitud del reloj de fichar, ciegos, sordos, mudos y transparentes, hasta que descubres la presencia de la otra persona, diferente al resto con los que cruzas a esas mismas horas. Se pone en funcionamiento una dinámica peculiar. Comienza sin ningún motivo aparente. Se produce un vacío que no percibes, una eclosión que no oyes, un susurro que zigzaguea por tu cuerpo y no llega a definir mensaje alguno. Entonces notas que te has montado en una noria que sube y baja vertiginosamente y la emoción casi no te deja ni respirar…


Fragmento del libro La voz interior



sábado, 9 de mayo de 2009

Ceremonia XVII - CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS

Ceremonia XVII: CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS


…Se me quedan las palabras atragantadas en la boca, y cuando consiguen atravesar la barrera de los dientes y alcanzar los labios se derraman sobre el mentón y empapan la camisa con un sonido hueco. Algunas tocan las rodillas antes de estrellarse contra los zapatos y el suelo inmediato. Las emociones se almacenan en el estómago, se alimentan de espaguetis y de pescado, de solomillo y frutas y verduras diversas, se refrescan con agua y zumos variados, se embriagan con el güisqui, el champán, el vino tinto y rosado. Hay que darlas de comer, además, alimentos del espíritu: conversaciones amenas, conversaciones profundas, conversaciones disparatadas, que provoquen risa, que provoquen llanto, que provoquen sorpresa. Mezclarlo con actividades variopintas: sosegadas a la luz de las velas, intensas con la luna llena, aventureras entre maizales que ocultan el horizonte. Aderezarlas con besos y abrazos intensos, con miradas sostenidas, con placeres inconfesables. Entonces, las emociones se vuelven fuertes, con una voluntad firme y resistente…

Fragmento del libro La voz interior