Ceremonia XIX: AL CRUZAR LA CALLE
…Al cruzar la calle descubrí la otra
acera. Los mismos adoquines, las mismas baldosas, pero al pisar sobre ella
crujía con un sonido diferente. Cambió la perspectiva, las siluetas de los
edificios adquirieron formas caprichosas, la proyección de las sombras doblaba
en las esquinas como un guante plisado. El cielo juntaba sus nubes formando una
gran masa esponjosa y compacta, que se deshacía en hilillos blancos sobre fondo
azul al caer la tarde. Esa tarde de invierno en la que decidí ver la realidad
desde otros puntos de vista. Me pasé semanas enteras posicionándome a un lado y
al otro, observando con detenimiento, respirando con los ojos cerrados. En el
mismo entorno, el olor a ciudad, el aroma de los objetos, presentaban matices,
en ocasiones disparatados, en otras sutiles. En el fondo era lo mismo, pero se
contemplaba de otra manera, como si la personalidad se desdoblara, como si uno
tuviera dos opiniones sobre la misma cuestión, y las dos perfectamente válidas…
Fragmento
del libro La voz interior
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