I - Paseos por Santa Eufemia

Casa Zalengas, Villafrechós (Valladolid)

II - Citas de despedida

Mirador de la Encina, Villabañez (Valladolid)

III - Homenaje a mis padres

Parque de la Fuente el Sol (Valladolid)

IV - Circuito de carrera

Pina de Antequera (Valladolid)

V - El mar de Machado

Teso de Almenara, Villabrágima (Valladolid)

VI - El espacio propio

Monte el Cueto, Castrodeza (Valladolid)

XVIII - Hipótesis de la mirada

Ermita de Nuestra Señora de los Perales, Velliza (Valladolid)

XIX - Al cruzar la calle

Ermita de el Viso, Monterrubio de la Armuña (Salamanca)

Alberto Asenjo Orive: La Voz Interior

• Lecturas al Viento es un método diferente de difundir y motivar a la lectura. Compagina el placer de leer con aspectos como el excursionismo, la consolidación de patrimonio civil, militar y religioso, el respeto y admiración por la naturaleza, la repoblación forestal, las alternativas del ocio, la proliferación de recursos turísticos, las relaciones sociales, el ejercicio físico, el juego de pistas, la permanencia en el tiempo y la trascendencia vital, entre otros.

• Lecturas al Viento son escritos, cada uno de ellos es independiente temática y físicamente, en la primera fase de esta iniciativa, hasta que se convierte en un libro convencional. Esto sucede, para cada lector, cuando ha reunido todas las claves que guardan las hojas con los textos y que le posibilitan acceder al libro completo.

• Para acercarse a esta obra se necesita tiempo y verdadera voluntad. Cada parte requiere ser leída en días distintos, porque de una lectura a otra puede haber una separación de varios kilómetros, cuando no de unos cientos.

• En Castilla y León, y sobre todo en el provincia de Valladolid, se concentran la mayoría de los 30 escritos que forman esta primera entrega: La Voz Interior, pero también los hay en Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid.

domingo, 4 de marzo de 2012

Ceremonia XXX - RECAPITULACIÓN

Ceremonia XXX: RECAPITULACIÓN


Ninguna belleza es comparable a tu mirada,
ninguna mirada transmite la magia de tus ojos.

Tus ojos brillan con la intensidad de un fuego incandescente,
el fuego que recorre mis entrañas cuando me miras.

Te miro pausadamente y me interrogo,
me pregunto si tu voz interior es el reflejo de tus expresiones…


Fragmento del libro La voz interior.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Ceremonia XXIX - EL MAPA DE LA SOLEDAD



Ceremonia XXIX: EL MAPA DE LA SOLEDAD


…Entonces tienes pocas opciones: o renuncias a la pasión que domina tu interior o la enfrentas directamente a la realidad:


Tus ojos y tu boca, tus mejillas y tu cuello, tus cabellos. La sonrisa de tus labios, el fruncir de tu ceño, el roce de tu tacto, tu manera de andar, el tono de tu voz, las formas de tu cuerpo, estar cerca de ti, tu ausencia…

Fragmento del libro La voz interior

sábado, 24 de septiembre de 2011

Ceremonia XXVIII - CONFESIONES

Ceremonia XXVIII: CONFESIONES


…La tierra es una esfera de reloj dividida en 12 horas que se repiten una vez más a lo largo del día. Separan la madrugada de la mañana, del mediodía, de la tarde y de la noche. Son 12 meses, un mes para cada una de las 12 horas, y los 4 puntos cardinales, en 4/4 de 15 minutos, el Norte a las 12, el Sur a las 6, el Este a las 3 y el Oeste a las 9. 60 espacios en el reloj analógico y en la mitad del trayecto, en el 30, el Sur, a medio camino del centro de la tierra. 30 escritos para la confesión, acercarse al magma incandescente y salir por las antípodas, al Norte magnético, el que nunca se pierde. Encontrar la Estrella Polar con la mirada, con la respiración, con el pensamiento, con las palabras.

Confesiones del escritor en la mitad del recorrido, la otra mitad la completan los lectores, los peregrinos de esta obra atípica en su forma, buscando los textos, hablando, lanzando las lecturas al viento.

Palabras que viven con un significado pleno, que vagan en la atmósfera, se posan en los valles, escalan montañas, duermen en las aceras de las ciudades, se sumergen en las profundidades abisales de los mares. Permanecen…
Fragmento del libro La voz interior

sábado, 20 de agosto de 2011

Ceremonia XXVII - EVOCACIÓN DE LA FOTOGRAFÍA

Ceremonia XXVII: EVOCACIÓN DE LA FOTOGRAFÍA


…Hoy estas imágenes son recientes, se las puede tocar con el mismo tacto, respiran con el aire que ahora nos envuelve, son parte de lo cotidiano. Mañana se pueden volver a repetir. Aunque lentamente, sin advertirlo, agonizan. Dentro de unos años, cuando casi nada se parezca a lo que estamos viviendo, nos daremos cuenta del valor de estos momentos.

Cada foto formará parte del pasado, te permitirá rememorar y componer el instante, prolongar su duración. Estaremos charlando en el salón, paseando por los caminos rurales, contemplando el atardecer.

Volverá el cielo de los arreboles profundos. Volverán las estrellas a encontrarnos en la noche. Volverás a sentir con intensidad. Estarás tranquilo, reunido con tus recuerdos. Sonriendo. Dentro de unos años…

Fragmento del libro La voz interior

miércoles, 13 de abril de 2011

Ceremonia XXVI - EL HOGAR DEL POETA

Ceremonia XXVI: EL HOGAR DEL POETA


…No busco el silencio profundo, la ausencia absoluta de ruido, ni aislarme en una cámara acústica donde nada altere el sentido auditivo. Donde yo voy hay un rumor ambiental de escasa intensidad, una percepción sonora apenas inteligible, un sonido circular que roza levemente el oído.
Al fondo se oyen a las aves con sus cantos eufónicos, coros celestiales de viento sobre los resquicios del follaje y sobre las separaciones de las ramas y sobre los bordes de las hojas y sobre la oquedad de las rocas.
Este silencio acaricia el paisaje y lo cubre con un manto transparente. Es el mundo de los sentidos poblando el espacio. Me dejo llevar por los trazados de los caminos; cuando me parece adecuado atajo para llegar más directo a la base de los cerros, miro hacia su cima y subo hasta ella para contemplar el horizonte. La fuerza del viento me arranca las palabras que tanto cuesta pronunciar…

Fragmento del libro La voz interior

viernes, 17 de diciembre de 2010

Ceremonia XXV - EN LA OSCURA FRANJA DEL OLVIDO

Ceremonia XXV: EN LA OSCURA FRANJA DEL OLVIDO


…En la oscura franja del olvido
los pájaros vuelan silenciosos
con las alas extendidas
y se dejan llevar por las corrientes.

Los caminos se hacen interminables
porque el olvido no encuentra un motivo
por el que detenerse y descansar.

Nadie se ha marchado, nadie tiene que regresar
del flujo constante del destino,
con la presencia ineludible de la vida y la muerte…

Fragmento del libro La voz interior

sábado, 22 de mayo de 2010

Ceremonia XXIV - MARCHA A LA LAGUNA DE LOS CABALLEROS

Ceremonia XXIV: MARCHA A LA LAGUNA DE LOS CABALLEROS


…Tengo que volver, introducirme en sus aguas heladas, descubrir el devenir de los próximos tres lustros o si el reflejo me devolverá una imagen más cercana. Tengo que probar el tacto de su voz silenciosa. Aguas vírgenes de nieves derretidas, habitadas por seres desnudos y batracios puros. Aguas tocadas por la tempestad, cubiertas por el cielo azul de la calma. Aguas que se beben los riachuelos que bajan hasta el valle, esa misma agua que se retiene en las pozas como oasis de frescura…
Fragmento del libro La voz interior


lunes, 28 de diciembre de 2009

Ceremonia XXIII - LOS RECUERDOS

Ceremonia XXIII: LOS RECUERDOS


…Los recuerdos tienen nombres propios y etéreos, son como los sueños que dejaron un intenso rastro al despertar: no se les puede seguir. Su presencia se evapora en el espacio y cada vez que quieres atraparlos se alejan un poco más. Impregnan el entorno con un aroma dulce a corteza de naranja recién cortada, se pegan a los dedos de las manos en una finísima capa transparente. Con el paso del tiempo se incrustan en la piel y quedan ocultos a las sensaciones del tacto y del olfato. Hasta que un día de nostalgias recurrentes emanan entre los poros y se dispersan arrastrados por un viento suave que te envuelve y te va llevando. Te sumerge en el pozo de su círculo cerrado y remueve los sentimientos anegados por el lodo de la experiencia…

Fragmento del libro La voz interior

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ceremonia XXII - PAJARITAS DE PAPEL

Ceremonia XXII: PAJARITAS DE PAPEL


…Quiero soñar con montañas de pajaritas de papel, adentrarme entre ellas, atravesarlas abriendo huecos mientras avanzo con paso sigiloso en línea recta. Caen con sus picos mansos sobre mi cabeza; acaricio el píleo hasta la nuca, paso mis manos por las alas cobertoras hasta llegar a las plumas de la cola y escapo de sus garras de celulosa. Se desmoronan con las uñas clavadas a la tierra y sus flancos apoyados en equilibrio. Gotas de cartón que no se deforman cuando encuentran el suelo desde las alturas. Lluvia de serpentina desprendida por la inercia del choque, aves vivas de vuelo oblicuo y trazados perpendiculares. En su periplo tocan mis hombros y se quedan un instante como en una atalaya. Antes de precipitarse descienden por mi pecho, no consiguen sujetarse en su caída, siquiera en la suave pendiente del antebrazo; golpean en las rodillas y el impacto las desplaza en abanico hacia el frente…
Fragmento del libro La voz interior


domingo, 4 de octubre de 2009

Ceremonia XXI - EL SILENCIO DE LA NATURALEZA


Diario de la ceremonia 
Puerto de Cotos – Mirador de la Gitana – Rascafría (Madrid)

Parece imposible llevar a cabo las ceremonias con tranquilidad. A pesar de haber planificado la actividad con la suficiente antelación y rigor, siempre hay algún factor que se olvida y que provoca tensiones. En esta ocasión había quedado en mi casa con dos de las personas invitadas a las 10:00 AM. A las 9:55 AM me llama una de ellas, preguntándome si seguía adelante la lectura, le digo que sí. Contesta que se lo tenía que haber confirmado ayer, rebato que pensé que ya habíamos fijado la cita y que llamaría en caso de que hubiese alguna novedad. Cogerá un taxi para llegar cuanto antes. El otro invitado es puntual, tan puntual como un glaciar, le explico que ha surgido un contratiempo y que la otra persona llegará en breve. Los quince minutos se convierten en treinta. Va a ser imposible llegar a tiempo para encontrarnos con los otros invitados y con el fotógrafo que viene directamente desde Valladolid. Pasados cuarenta y cinco minutos llamo al interfecto. Está a punto de ¡salir de casa! No me quedan opciones, tengo que avisar al resto de participantes para advertirles de que llegaremos más tarde. Primero me pongo en contacto con el fotógrafo. Está en la Granja, le comento que nos retrasaremos. Intento localizar a los que vienen desde Rascafría, pero sus teléfonos están sin cobertura o apagados. Mando un mensaje. Al poco me llaman que ya han llegado al lugar. “Ha surgido un imprevisto, llegaremos más tarde, estamos saliendo en estos momentos de Madrid”. Mentira, aún no hemos montado ni en el coche. Nos quedan unos 90 kms, hay que pasar por Navacerrada y llegar al Puerto de Cotos. En el trayecto nos equivocamos de salida, rectificamos una ronda más adelante. El perro anda suelto en el asiento de atrás, sin saber cómo, aparece en los pedales del acelerador. Paro como puedo. Metemos al perro en la cesta y lo cerramos. No habrá más contratiempos. Mientras conduzco suena el teléfono, es el fotógrafo, lo coge el copiloto, le aclaran el lugar donde vamos: Puerto de Cotos, en el Mirador de la Gitana, en el término de Rascafría. El fotógrafo se hace un lío con el aparcamiento del Puerto de Navacerrada. Llegará en cuanto pueda. Los que vienen de Rascafría llevan casi una hora esperando. Estoy nervioso, no cabe duda.

Las dos amigas de Rascafría están sentadas esperando al borde del mirador. Saludo y me disculpo, presento al resto de la gente. Al momento aparece el fotógrafo casi jadeando “¡Tranquilo, acabamos de llegar!”

Es domingo y el sitio está muy concurrido, valoramos la posibilidad de ir a otro mirador a unos pocos kms en dirección a Rascafría. Decidimos quedarnos. Montamos el escenario: colocamos el nº de la ceremonia a ambos lados donde hemos ubicado el atril de lectura, abrimos el trípode y buscamos el ángulo para grabarlo en video.

La gente nos observa con expectación, algunos nos preguntan que qué estamos haciendo, de pronto se me ocurre: “Es un control de alcoholemia, para impedir que los borrachos suban y se pierdan en la Sierra

El montaje se hace con un cierto libertinaje y me obliga a ir rectificando. El granito de las rocas no es un buen soporte para fijar los paneles con la cinta de carrocero y se despegan con excesiva facilidad. Hay que estar recolocándolos con demasiada frecuencia. No importa. Hemos entrado en el ritmo de la sesión, en el frenesí del acto. La gente que pasa por el mirador se vuelve invisible. Estamos concentrados en la lectura. Algunos nos interpelan, lo tomamos como parte del aderezo y lo incluimos en el desarrollo de la actuación con total normalidad.

Nos estamos divirtiendo. El invitado puntual se salta el guión en varias ocasiones, hace su propia interpretación de la obra, inventa frases, cambia palabras, modifica el papel. El invitado que cogió el taxi le da coba. El resto, yo incluido, nos estamos riendo, lloramos. Hemos perdido la solemnidad y la cordura de otras ceremonias de Lecturas al Viento. Pero ¡qué demonios! Es divertidísimo.

En la última parte de la lectura se nos une una espontánea que se presta a leer unos párrafos del texto. Quedan pendientes dos párrafos, aislados en la hoja contigua de la carpeta, los leo. Con ello damos por concluida la lectura. La espontánea me proporciona una tarjeta con sus datos. La incluiré en el listado de participantes y le haré llegar las fotos del evento.

El vaivén de transeúntes que llegan al mirador, se ha reducido considerablemente. Procedemos a enterrar el tarro con el escrito leído en el hueco que había convenido hacerlo, justo debajo de la brújula metálica.

Las semillas las plantamos en una zona adyacente, bajando por un camino lateral nada transitado. Una familia se ha instalado a comer encima de donde había previsto inicialmente esa plantación.

La ceremonia en sí ha llegado a su fin. En la Venta Marcelino, en el mismo puerto, nos acoplamos en la terraza y pedimos unos bocadillos y bebida.

La conversación y la situación son delirantes. El puntual y el del taxi nos amenizan con un diálogo vivo, electrizante, ingenioso. Escandalizante para una familia de comensales anexos a nuestra mesa.

A las siete de la tarde nos despedimos de las amigas de Rascafria. Nosotros, incluido el fotógrafo, regresamos a Madrid.


Ceremonia XXI: EL SILENCIO DE LA NATURALEZA


 …En el perfil de las líneas que delimitan el horizonte el silencio se posa con la suavidad de un pétalo en el último instante de su descenso. El cielo azul; las blancas, grises, oscuras nubes; el arrebol del atardecer; la luz de la luna; el titilar de las estrellas. El manto blanco, la lluvia. El frío de la madrugada, el calor en las horas centrales del día. La superficie se cubre con una fina capa de rocío. Los brotes verdes de los cereales cultivados en las eras, en parcelas rectilíneas o de suaves contornos ondulados, ordenadas sobre las faldas de los montes…

Fragmento del libro La voz interior

miércoles, 19 de agosto de 2009

Ceremonia XX - LA VIDA ETERNA

Ceremonia XX: LA VIDA ETERNA


…Entonces las palabras quisieron ser eternas, los sonidos quisieron ser eternos, los ruidos quisieron encontrar la eternidad. Ninguna vibración quería desaparecer, fuera cual fuera su origen, su intensidad, su frecuencia, la forma de sus ondas, el diseño de su espectrograma. El viento iría arrastrando su energía hasta el fondo de los abismos, hasta los silencios abisales, hasta los límites del espacio. La voz de miles de millones de seres humanos pronunciada en el pasado, agazapada en los escondrijos del tiempo, en el vacío irreverente de su presencia actual, en la calma que adormece las tempestades sobre los suelos quietos, como diminutas partículas de polvo apelmazadas sobre su ínfimo peso…

Fragmento del libro La voz interior


sábado, 20 de junio de 2009

Ceremonia XIX- AL CRUZAR LA CALLE

Ceremonia XIX: AL CRUZAR LA CALLE


…Al cruzar la calle descubrí la otra acera. Los mismos adoquines, las mismas baldosas, pero al pisar sobre ella crujía con un sonido diferente. Cambió la perspectiva, las siluetas de los edificios adquirieron formas caprichosas, la proyección de las sombras doblaba en las esquinas como un guante plisado. El cielo juntaba sus nubes formando una gran masa esponjosa y compacta, que se deshacía en hilillos blancos sobre fondo azul al caer la tarde. Esa tarde de invierno en la que decidí ver la realidad desde otros puntos de vista. Me pasé semanas enteras posicionándome a un lado y al otro, observando con detenimiento, respirando con los ojos cerrados. En el mismo entorno, el olor a ciudad, el aroma de los objetos, presentaban matices, en ocasiones disparatados, en otras sutiles. En el fondo era lo mismo, pero se contemplaba de otra manera, como si la personalidad se desdoblara, como si uno tuviera dos opiniones sobre la misma cuestión, y las dos perfectamente válidas…
Fragmento del libro La voz interior


miércoles, 13 de mayo de 2009

Ceremonia XVIII - HIPÓTESIS DE LA MIRADA

Ceremonia XVIII: HIPÓTESIS DE LA MIRADA


…El rigor de la casualidad se pierde porque se reitera el contacto visual en el momento del encuentro. Una mirada queda grabada en la retina, una expresión que aún no tiene sustancia real se convierte en la atmósfera de un deseo latente que se intuye en los gestos. La mayoría de los días se repite la escena, coincide casi siempre en el mismo punto. Al principio, como he dicho, somos seres anónimos acuciados por la esclavitud del reloj de fichar, ciegos, sordos, mudos y transparentes, hasta que descubres la presencia de la otra persona, diferente al resto con los que cruzas a esas mismas horas. Se pone en funcionamiento una dinámica peculiar. Comienza sin ningún motivo aparente. Se produce un vacío que no percibes, una eclosión que no oyes, un susurro que zigzaguea por tu cuerpo y no llega a definir mensaje alguno. Entonces notas que te has montado en una noria que sube y baja vertiginosamente y la emoción casi no te deja ni respirar…


Fragmento del libro La voz interior



sábado, 9 de mayo de 2009

Ceremonia XVII - CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS

Ceremonia XVII: CUANDO VOLVAMOS A ENCONTRARNOS


…Se me quedan las palabras atragantadas en la boca, y cuando consiguen atravesar la barrera de los dientes y alcanzar los labios se derraman sobre el mentón y empapan la camisa con un sonido hueco. Algunas tocan las rodillas antes de estrellarse contra los zapatos y el suelo inmediato. Las emociones se almacenan en el estómago, se alimentan de espaguetis y de pescado, de solomillo y frutas y verduras diversas, se refrescan con agua y zumos variados, se embriagan con el güisqui, el champán, el vino tinto y rosado. Hay que darlas de comer, además, alimentos del espíritu: conversaciones amenas, conversaciones profundas, conversaciones disparatadas, que provoquen risa, que provoquen llanto, que provoquen sorpresa. Mezclarlo con actividades variopintas: sosegadas a la luz de las velas, intensas con la luna llena, aventureras entre maizales que ocultan el horizonte. Aderezarlas con besos y abrazos intensos, con miradas sostenidas, con placeres inconfesables. Entonces, las emociones se vuelven fuertes, con una voluntad firme y resistente…

Fragmento del libro La voz interior


jueves, 23 de abril de 2009

Ceremonia XVI - JAQUE MATE

Ceremonia XVI: JAQUE MATE


…Un flanco se debilita porque un peón blanco ha caído abatido por la espada de un alfil y coloca su filo sobre la garganta de una sorprendida torre, presta se mueve hacia el hueco de las cuadras y lo hace huir hacia la seguridad de sus filas. El rey avisado pide a sus tropas que cierren el círculo en torno a su seguridad. La reina avanza entre sus soldados por un pasillo de alfombras rojas y clarines. Se adentra en la batalla y desequilibra las fuerzas a favor de su causa, arrincona a las piezas negras que se retiran malheridas. Insiste la reina dispuesta a acabar la guerra…

Fragmento del libro La voz interior


sábado, 21 de febrero de 2009

Ceremonia XV - LA CASA VACÍA

Ceremonia XV: LA CASA VACÍA


…No hay ninguna mirada que compartan estas lágrimas. No hay lágrimas para beber la sal de la soledad. Se han borrado los recuerdos de la memoria colectiva, quedan islas sepultadas en manicomios, mensajes indescifrables en las camas de los asilos, vientres hinchados por el intenso dolor del olvido. Ni siquiera se dan cuenta de que les late el corazón. La casa vacía golpea en mis piernas y me derriba. La sangre se vuelve agua y el vino me envenena. No puedo sostener el peso de la ausencia: todos se han ido hacia el grisáceo paisaje de las multitudes…

Fragmento del libro La voz interior


viernes, 23 de enero de 2009

Ceremonia XIV - NO SERÁ PARA TANTO

Ceremonia XIV: NO SERÁ PARA TANTO


…Me estoy acercando a mis fantasmas: la noche oscurísima, el día plomizo de lluvia fina, el frío intenso que congela el paladar, el calor sofocante ahogando la respiración. La soledad. La presencia inquietante de los otros, mis manos temblorosas e inútiles, mis piernas incapaces de sujetar el esqueleto de mi cuerpo. El dolor de un corazón fragmentado, las lágrimas secas que asoman sin poder brotar, la sonrisa nostálgica. El deseo oculto, la frustración de tu ausencia, el contacto transparente de tus besos. Veo pasar la madrugada segundo a segundo. La música lánguida y envolvente, el olvido hablándome pegado al lóbulo de la oreja. Caminar por paisajes vacíos. Sentir a destiempo. El sol agonizando por el oeste, la luna llena golpeando en mi sangre. El filo de las estrellas amenazando en el cielo…

Fragmento del libro La voz interior


martes, 13 de enero de 2009

Ceremonia XIII - RESILIENCIA

Ceremonia XIII: RESILIENCIA


…Camino por la acera pegado a las fachadas de los edificios, sujetándome de la espiral que retuerce mis ojos. Voy mirando al suelo que se deforma en grotescas hondas de alquitrán. La calle traza ángulos serpenteantes y las cornisas de las casas se doblan en alerones curvilíneos hasta tocar en un punto en medio de la calzada. Los vehículos atraviesan los obstáculos y se dividen en dos y en lugar de alejarse se reflejan en el espejo cóncavo de mis retinas y giran partidos en dirección a su origen.

La avenida recta y amplia se transforma en la callejuela informe de un laberíntico zoco. El cielo pisa la tierra con un sabor amargo. Una niebla sorprendentemente transparente y azufrada ocupa el espacio. Los árboles alargan los brazos y golpean con fuerza en las aceras. Rompen en pedazos las baldosas y sus trozos saltan velozmente en cualquier dirección…

Fragmento del libro La voz interior


sábado, 6 de diciembre de 2008

Ceremonia XII - EL OTOÑO QUE NOS VIVE

Ceremonia XII: EL OTOÑO QUE NOS VIVE


…En la estancia pausada de la madurez, en este otoño que nos toca vivir,
la frondosidad del follaje se desprende cuarteada en tonos rojizos
y las hojas caen sobre las cicatrices de los párpados.
Debemos reflexionar que nuestro tiempo es ahora
y cada segundo desaparece bajo las aguas torrenciales del destino.

Entra en la habitación de los deseos anhelados,
busca en los rincones la complacencia de los secretos.
No sigas aplazando el presente, porque ya no te pertenece.

Esta noche me iré contigo a dibujar propósitos sobre el tacto de la piel.
Nos arrancaremos la máscara antes de que se haga perpetua
y no podamos reconocernos…

Fragmento del libro La voz interior


jueves, 2 de octubre de 2008

Ceremonia XI - QUERÍA DECIRTE

Ceremonia XI: QUERÍA DECIRTE


…Si pudiera elegiría el silencio de tus ojos abiertos,
las paredes blancas invadidas por la luz del invierno,
el tacto suave que se desliza en las mejillas del ocaso,
el sol en tus labios llamando a los besos.

Si tu piel se desvaneciera sobre mis brazos como una fina sábana de seda
que cubriese por entero cada segundo de mi aliento,
para escuchar el pulso de tus emociones,
para sentir la liviandad de tu presencia.

Si pudiera retroceder hasta encontrar el instante de los 30 años recién cumplidos cuando empezaron a cabalgar por mi cuerpo los hechizos del deseo…

 Fragmento del libro La voz interior

viernes, 19 de septiembre de 2008

Ceremonia X - DESNUDO EN EL VÉRTIGO

Ceremonia X: DESNUDO EN EL VÉRTIGO


…Cuando el precipicio se cruza sobre mis pasos, me convierto en una pavesa azotada por el viento, en un globo de aire al que han desatado la bocana y se desinfla anárquicamente en el espacio. No noto el peso de mi cuerpo, mis pies quieren aferrarse al suelo y, sin embargo, se balancean atraídos hacia la nada donde te arrastra la gravedad. El sudor emana de mi frente, tiñe de humedad la camisa. Mis manos y mis piernas se convierten en flanes sacudidos por un terremoto. Cuando me alejo, hacia la seguridad de la llanura, desaparecen los síntomas, la respiración se hace pausada y el corazón deja de latir con violencia…

Fragmento del libro La voz interior



sábado, 14 de junio de 2008

Ceremonia IX - VESTIDO DE PRIMAVERA


Ceremonia IX: VESTIDO DE PRIMAVERA

 …El traje de la primavera se extiende a todos los rincones. Botones rojos en la cremallera de los caminos. Ojales bordados con cintas de terciopelo en las blusas de avena que corta el arroyo con collares de oro. En los puños, gemelos de coleópteros en movimiento. Corbatas de las que cuelgan las ramas pobladas de las encinas y los pinares, troncos recios adornados de musgo y líquenes y fíbulas de hongos secos. Fulares en el cuello de las tierras de barbecho, cubriendo los hombros de margaritas y amapolas. Las masas arbóreas extendidas como dedos enguantados, dispersos en manos sueltas sobre la superficie llana de los páramos. Sombreros azules o de grises nubarrones coronando las líneas de la cabeza…

Fragmento del libro La voz interior


domingo, 11 de mayo de 2008

Ceremonia VIII - LA AUSENCIA



Ceremonia VIII: LA AUSENCIA

 …Hay ausencias que se reparan en la distancia, en el espacio físico que media entre dos o más personas, basta con acercarse al otro.

Hay separaciones que no confluyen en el encuentro porque se ignora el destino de los ausentes.


Hay ausencias definitivas que nos hablan en la soledad, que se guardan en el recuerdo para que la memoria tenga conciencia de nuestros orígenes y de nuestras amistades verdaderas.


Hay ausencias impuestas por una o ambas partes, que duelen en el momento de la ruptura, y que alivian con el paso del tiempo. Salvo a aquellos que se quedaron enganchados en un discurso muerto y que se empeñan en hacer latir aunque carezca de oxigeno.


Cualquiera que sea el motivo de la ausencia que nos invada, siempre habrá cerca una presencia por descubrir: un gesto confiado, una sonrisa abierta, una mirada sincera, una palabra amable, un abrazo intenso…

Fragmento del libro La voz interior


lunes, 21 de abril de 2008

Ceremonia VII - FONTANAREJO




LAS LUMINARIAS


Las calles de Fontanarejo son humo, un humo denso y aromático. Por los rincones del pueblo el aire huele intensamente a romero verde. Una niebla espesa que permanece flotando largo tiempo si el viento no despierta de su lecho de silencio. Fardos voluminosos de esta hierba arden delante de cada casa al atardecer del 30 de abril. Arden al mismo tiempo, justo después de tañer las campanas de la Iglesia de San Felipe y Santiago.
El humo invade los hogares por las puertas y ventanas abiertas, y se lleva consigo el veneno escondido en las paredes, en los muebles, en los enseres. Los habitantes se impregnan de humo, lavan su cuerpo de impurezas. Rito medieval que devuelve la calma que asoló la epidemia. La tradición de Las Luminarias aterroriza a la peste, la hace huir campo a través hacia  los montes y la deja  desangrarse, desterrada en tierra de nadie.
El olor me embriaga y el humo me aturde. Las dificultades para respirar me obligan a salir de las masas compactas de humo, me impiden adentrarme en los túneles grises de la combustión. Aún así mientras aguanto disfruto caminando en la oscuridad.
Esta oscuridad cambiante que se disipa y se apelmaza, que vuelve formando cúmulos de aristas redondeadas, laberintos degradados de grises sin aliento, atmósferas desteñidas perfilando trazas descoloridas del pincel abstracto de Jorge Adrados.
Nubes tiznadas de pavesas, nubes con sabor a romero, caprichosas nubes lanzadas al aire, zarandeadas por manos ágiles que se abren paso a través de ellas, por cuerpos que corren sorteando los obstáculos que se les atraviesa. Varas largas esparcen las lumbres, varas viejas los sujetan.
Surgen voces entre su espesura, parecen salir de su oculto vientre, de su lado enigmático, en el ángulo más profundo de sus intrincados vericuetos. Son voces ininteligibles que suspiran palabras sin sentido. Voces que parecen que hablan de mundos mágicos. Hablan del pasado, de los sucesos que acaecieron en épocas hoy sepultadas por el polvo del tiempo. Hablan del futuro, esa época pretérita que vendrá irremediablemente. Forastero cotidiano que se come el pan de nuestra mesa, lo oigo llegar golpeando los caminos que conducen hasta mi casa.  El futuro que nunca llega y cuando llega ya se ha ido. Más allá de la niebla, al atravesar la puerta del ocaso, el paisaje se cubre de sombras y se oculta el horizonte.

El aire se vuelve puro. En las edificaciones se desprenden las manchas. Las gentes sanadas salen a las calles para proclamar que se fue el diablo, que vencieron a la muerte. En las brasas preparan la parrillada que festeja la dicha de saberse a salvo y se pone fin a la celebración. Los caminos siguen pegados al suelo, marcando el rumbo hacia la dehesa, en dirección a las Hoces del Guadiana. La carretera llega a Arroba de los Montes, y a Alcoba en dirección contraria; y de allí a Horcajo de los Montes y tomando el otro sentido a El Robledo. Y se unen los caminos, se enlazan las carreteras y un lugar nos lleva a otro y así sucesivamente y podemos llegar  donde queramos.


Ceremonia VII: FONTANAREJO

…Quise escapar, salir huyendo de mi cárcel sin barrotes. Pensé en acercarme a los acantilados de la costa norte, por Cantabria o Asturias y dejarme arrastrar por el vértigo de la caída; sumergirme en la luz del sur, para morir en medio del bosque alpujarreño mirando a las estrellas; ir hacia Portugal: Oporto o Lisboa, mezclarme entre la gente, ser un anónimo habitante, el corazón agarrado en un puño para sentirlo latir; cruzar el Atlántico hacia la fría Canadá, para no ser nada, para no ser nadie y esperar que el tiempo borrase mi presencia…


Fragmento del libro La voz interior