Ceremonia XV: LA CASA VACÍA
…No hay ninguna
mirada que compartan estas lágrimas. No hay lágrimas para beber la sal de la
soledad. Se han borrado los recuerdos de la memoria colectiva, quedan islas
sepultadas en manicomios, mensajes indescifrables en las camas de los asilos,
vientres hinchados por el intenso dolor del olvido. Ni siquiera se dan cuenta
de que les late el corazón. La casa vacía golpea en mis piernas y me derriba.
La sangre se vuelve agua y el vino me envenena. No puedo sostener el peso de la
ausencia: todos se han ido hacia el grisáceo paisaje de las multitudes…
Fragmento
del libro La voz interior
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