domingo, 8 de abril de 2007

Ceremonia I - PASEOS POR SANTA EUFEMIA

Zalengas, Villafrechós (Valladolid)


El entorno de la casa de Zalengas con una superficie aproximada de 3,5 Ha, acoge una  mezcla significativa de especies arbóreas y de plantas, que contrasta con la llanura cerealista de Tierra de Campos, en la que apenas se encuentran zonas de vegetación libre.

Su diversidad propicia la presencia de una variada tipología de insectos. Es el refugio de aves de todo tipo: cuervos, grajos, urracas, mirlos, perdices, halcones, milanos, cernícalos, pico picapinos, jilgueros, gorriones,…También habitan lagartos, zorros, liebres y conejos. Es un oasis en medio de un aparente desierto.

Hay documentación que constata la existencia de este lugar al menos desde 1188, cuando la viuda de Don Gómez de Carrión lo cede al Monasterio de San Zoilo. Fue aldea de la villa de Villafrechós, según consta en otros archivos, y se han localizado vestigios de la época prehistórica, romana y medieval. Se conserva en la antigua población los restos de una fuente hecha con mampostería irregular y un arco de medio punto, fue utilizada como abrevadero y hoy día su agua es limpia y cristalina.

La Historia le confiere a este lugar una especial relevancia, un privilegio que se capta cuando paseas por sus caminos.



ENSAYO: 07/04/2007

Se ha cambiado la ubicación original por considerar “in situ” que se trataba de una zona con demasiados riesgos de cara a un futuro no lejano. El extremo del camino es una lengua que se adentra solitaria entre las tierras de labor, a un lado y a otro hay almendros, algunos de ellos muy deteriorados, parece probable que este tramo podría ser eliminado con lo que quedaría anulada la elección. Según mi criterio es más seguro hacerlo en los vértices de la zona baldía del perímetro de la casa de improbable ocupación agrícola. Se han filmado ambos lugares y el día en que se realice la ceremonia se optará por uno u otro lugar.




Ceremonia I: PASEOS POR SANTA EUFEMIA


…El silencio hunde sus raíces en el horizonte sin límites de las extensas llanuras de esta comarca semidespoblada. Un lugar propicio para salvaguardar la voz más escondida de los verdaderos sentimientos, alejado de la dictadura del tiempo y del inquietante ajetreo del murmullo constante.

El viento sobre las ramas de los árboles, sobre las ondas de los trigales, el canto del mirlo y el eco cortado del ave rapaz, el temblor del follaje en las cunetas al rápido paso de los roedores.

Mi pausada respiración. Dejo sangrar mis heridas sobre estos campos sedientos de palabras, quiero enterrar aquí una parte de mi aliento, para soñar que formo parte del latido de esta tierra…

Fragmento del libro La voz interior.



Fotografías
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